La cocina

La estancia que era la cocina de la casa ha servido en estos años de abandono como almacén de hojas y ramas del ficus. Compostera improvisada.

Ha estado cerrada por todas partes menos por el tejado, que se desplomó cuando el Delta y ha estado pudriéndose entre las paredes durante todos estos años. Siguen allí restos de vajilla, la lámpara y hasta un trapo casi reconocible. Bajo la capa de hojas, tejas y maderas hay una capa de tierra fértil, regalo inesperado.